AMÉRICA O THE AMERICAS? (III) – EL SIGLO BLANCO


La ciencia se ha regido por diversas teorías en pos de explicar la historia humana desde sus orígenes. Un modelo de éxito, en el mundo académico actual (2007), es la arqueología procesual: ”entiende los cambios y procesos sociales como resultado de la pérdida de equilibrio con el medio ambiente, generalmente a causa de cambios climáticos desfavorables” (1). No obstante, derivó de ella la arqueología postprocesual cuyo paradigma para comprender la sociedad humana, desde la prehistoria hasta nuestros días, “es colocar en el mundo simbólico y las desavenencias sociales la clave de la mayoría de los fenómenos humanos”. (2)

Todos los homo sapiens actuales proceden de una población reciente que vivió hace unos 200.000 años en África. Otros grupos humanos anteriores (erectus/neanderthalensis) se extinguieron hace decenas de milenios.

Se suele aceptar que las sociedades de cazadores-recolectores asociadas al período paleolítico de la humanidad, tenían una estructura igualitaria, basada en “una economía de trabajo comunitario esporádico de corta duración y cuyo beneficio y reparto ha de ser inmediato (carne y vegetales se estropean enseguida), por lo que las ocasiones de asimetría social son escasas” (3). Hay consenso respecto a que estos grupos humanos son “extraordinariamente igualitarios y tienen pocas divisiones sociales” (4). A pesar de ello, los investigadores distinguen dos tipos de sociedades prehistóricas de cazadores-recolectores: simples y complejos. Estos últimos acumulan alimentos, tienen modelos de parentesco complicados e, incluso, existe una jerarquía sencilla y practican la guerra; será en esta clase de sociedad donde se originará el neolítico, época en que se fomentará la división social del género humano, la guerra, la esclavitud y el exterminio. La evidencia más antigua de guerra se halla en Jebel Sahaba (Nubia sudanesa, 12.000 a 10.000 años antes del presente), donde yacen 59 individuos entre varones, mujeres y niños; la mitad de ellos murieron de muerte violenta. (5)

Gebel Sahaba_(emhotep.net)jebel-sahaba-1-b20-21_544-British_MuseumIlustración del mapa del sitio web emhotep.net; la fotografía blog.britishmuseum.org

Desde el período neolítico (término acuñado en 1865 en Inglaterra (6); en los países americanos emplean el término formativo), el ser humano invade otras poblaciones para aprovechar sus recursos naturales y someter a sus habitantes; y esto ha ocurrido en cualquier geografía de la Tierra donde prosperó el neolítico.

Con la evolución y jerarquización de las sociedades neolíticas, sobrevino “un mayor interés por la propia identidad del grupo y su relación con el territorio” (7); en pocos cientos de años, los enemigos eran aquellos competidores por los recursos alimenticios ajenos al clan. Una consecuencia derivada será el racismo, pues “el prejuicio racial es una característica universal relacionada con la identificación de grupo; prejuicio que, además, cumple el papel social de cohesionar al grupo” (8).

Los primeros pueblos conocidos en imponer una discriminación de la población en base a un rasgo fenotípico, el color de la piel, fueron los invasores indoeuropeos (los llamados arios procedentes del sur del río Dniéper), tras invadir La India, hace 1.000-2.000 años antes de nuestra Era (aE), e imponer el sistema de castas, “unidades reproductivas cerradas”, con el fin de evitar la mezcla de linajes humanos y mantener un estatus superior político y socioeconómico.

ruta-de-los-ariosEl análisis genético ha comprobado que los “individuos de castas superiores tienden a parecerse más a los europeos que los individuos de castas inferiores” (9). La India llevaba habitada de 50.000 a 60.000 años, y la primera colonización importante se produjo hace unos 30.000 años. (10)

La historiografía tradicional china, con fuerte “discriminación racial”, tildaba a las tribus del norte de China, de la etnia jiuli, de “feroces”, desde que el legendario personaje del Emperador Amarillo los derrotase unos 2.000 años aE. (11)

El racismo como tal surgirá como una especialización científica que se estaba originando en Europa. Con el nacimiento del estamento científico, durante la época de la Ilustración en el siglo XVIII, comenzará el análisis sistemático de la Naturaleza y los seres vivos, y, por tanto, de los seres humanos. La influencia de la Ciencia en la humanidad va a ser suprema y el estudio del ser humano devendrá en una pena de muerte para millones de personas por unas ideas erróneas, firmemente enraizadas en la mentalidad europea. Tal como dice el paleogenetista Carles Lalueza Fox, “Una vez que el estamento científico ha creado un paradigma en la sociedad, cuesta mucho que éste sea rectificado, aunque el mismo estamento científico se desdiga”. (12)

Descanso 1

Fue Carl von Linné (Linneo), 1707-1778, quien realizó una división taxonómica de los seres humanos, en el tomo I de su Systema naturae per regna tria naturae (1735), clasificando a los seres vivos en especies. La especie humana era el homo sapiens y constaba de cuatro grupos: americanus, europaeus, asiaticus y afer (africano). (13)

Los historiadores también destacan al naturalista francés Georges Louis Leclerc (1701-1788), conde de Buffon, “contemporáneo y destacado oponente de Linneo”, como uno de los “autores ilustrados que desarrollaron ideas de algún modo evolucionistas influido por las ideas de Newton” (14). Buffon, en el volumen III de su Histoire naturelle générale et particulière, avec la description du Cabinet du Roi (1749), dividió a los seres humanos en seis razas: lapona o raza polar, mongola, sudasiática, europea, etiópica y americana.

Estas clasificaciones, un tanto arbitrarias, fueron relegadas por otras más sistemáticas y con más fortuna. En 1775, en su doctorado de medicina, Johann Friedrich Blumenbach (1752-1840), postuló cinco razas basándose “en criterios biológicos como el color de la piel” (15) y el estudio de cráneos; las denominó: caucásica, mongólica, etiópica, americana y malaya (Malasia y Oceanía). Hay quien piensa que “la jerarquización de las razas empezó formalmente con Blumenbach” (16).

La clasificación que se popularizaría mundialmente en la sociedad y estamentos científicos occidentales y, hasta el día de hoy, siguen empleando los anatomistas y forenses, será la de Georges Cuvier (1769-1832), quien en un libro suyo publicado en 1817, limita la taxonomía del ser humano a tres razas: caucásica, mongólica y etiópica; ignorando explícitamente a los papús de Nueva Guinea, los malayos y a los americanos por ser incapaz de situarlos en su división simbólico-cristiana de los Reyes Magos. (17)

Por último, la teoría de la selección natural de Charles Darwin apuntaló la jerarquización racial de los seres humanos desde el primitivismo a la Revolución Industrial, en una escala de inferior a superior cuya consecuencia fue considerar, a muchos pueblos humanos, como seres vivos inferiores carentes de la cualidad humana innata de la evolución y el progreso, más cercanos a los animales salvajes; una idea que ya se fundamentaba con la catalogación de los seres humanos, en el último cuarto del siglo XVIII, basada en sus rasgos físicos.

Sólo así se explica que, a principios del siglo XIX, unos cazadores holandeses en Sudáfrica matasen a tiros a un bosquimano [san] y lo cocinasen para comérselo como si fuese un animal”. (18)

En América, hay documentación sobre la muerte de fueguinos (tribus patagónicas) para enviar sus cuerpos a instituciones científicas europeas (19). Esta superioridad civilizadora blanca y europea, refrendada por la ciencia, se reflejará en leyes como el “Código hotentote” de 1809, donde los colonos holandeses prohibirán a los joijoi (tribu joisán de cazadores recolectores del sudoeste del África austral) desplazarse por el país sin el permiso de sus amos, lo cual implicaba la disolución de su nomadismo tradicional. Evidentemente hubo guerra contra los colonos y algunos grupos, como los “mal llamados bosquimanos” (las tribus san), se encaminaron hacia su extinción.

khoimap (josueferrer.wp.com)Zonas del sur de África habitadas por las comunidades joijoi y san [Nama/Herero] (mapa web josueferrer.com)

En 1810, una joven sirvienta joijoi, de 1,30 metros, a la que sus amos, granjeros holandeses, llamaban Saartjie Baartman, fue llevada para exhibirla, enjaulada, en Inglaterra, en las ferias de bichos raros humanos (freaks) como una curiosidad de la Naturaleza, típico en la Europa de la Ilustración y sus museos y gabinetes de curiosidades; luego continuaría su periplo en París, exhibida en un zoológico junto a varios animales. A esta jovencita la conocerían en Europa como la “Venus hotentote”, por dos características físicas frecuentes en las mujeres joi: esteatopigia y unos labios vaginales interiores alargados que asombraban al público. El paleontólogo Cuvier dijo de ella, en su libro de 1817, que “nunca he visto una cabeza humana más similar a los monos”. (20) Tras la muerte de Saartjie de viruela, en 1815, Cuvier la diseccionó y vendió partes de su cuerpo a distintas academias; sus genitales se exhibieron en el Museo del Hombre de París hasta 1985. Se devolvieron sus restos en 2002 (21). En las colonias holandesas de Sudáfrica, Saartjie era una mujer negra a la que, para humillarla y degradarla, llamaban “hotnot”, “AmaBoesman”, términos despectivos referidos a personas de origen mixto, pues la violación de las mujeres joi era una constante. (22)

Venus hotentote_www.paperblog.fr_3299586_zoo-humainIlustración del siglo XIX anunciando la exhibición de Saartjie Baartman, como la Venus hotentote (web aquí)

Mujer joijoi (ilustración siglo XIX)Ilustración de una mujer de la tribu joijoi en lo que parece una ilustración del siglo XVIII > sitio web

Es curioso que las tribus joisán (los joijoi y los san, antiguos bosquimanos) sean los ancestros más antiguos del ser humano anatómicamente moderno, tal como establece la filogenética de poblaciones. El término afrikáans para ellos era hottentot, que significa tartamudo. Existe una película, difícil de encontrar, titulada “Venus noire” (2010), del cineasta Abdellatif Kechiche, protagonizada por la actriz cubana Yahima Torres, que retrata el ambiente de la sociedad europea que Saartjie sufrió.

Venus noire (cartel 2010)No obstante, estas exhibiciones de culturas primitivas se prolongaron, hasta principios del siglo XX, en distintos países europeos.

Wikipedia_Indios_Onas_llevados_a_París_por_Maitre_en_1889Americanos selk’nam raptados por Maurice Maitre, aunque los gobiernos chileno-argentinos consentían este tipo de secuestros; “fueron presentados tras rejas como caníbales, todas las tardes les arrojaban carne cruda de caballo y los mantuvieron sucios y sin posibilidades de higiene, para que tuvieran la apariencia de salvajes”. (wiki web)

Estados Unidos también fue un alumno ejemplar; destaca una exhibición con el pigmeo Ota Benga, en la Exposición Universal de Sant Louis en 1904. Capturado en el Congo belga, fue vendido como esclavo a un empresario estadounidense. Le limaron los dientes en punta para potenciar el primitivismo imaginario en las sociedades civilizadas; más tarde lo exhibieron en un zoológico del Bronx con arco y flechas, junto a varios simios, para deleite del público blanco y europeo cuyo comportamiento describe un artículo del New York Times: El domingo en el parque había 40.000 visitantes. Casi todos, hombres, mujeres y niños, se dirigieron al albergue de los monos para ver a la principal atracción, el hombre salvaje de África. Lo molestaron todo el día con aullidos, burlas y alaridos. Algunos le presionaban las costillas, otros lo hacían caer y se reían de él”. (23)

samuel verner y ota benga (racismo.blogspot.com) Samuel Verner, empresario e investigador evolucionista con su compra de pigmeos del Congo belga en 1904 (sitio web)

Ota_Benga_1904Ota Benga con los dientes limados para que parezca más primitivo y salvaje. (foto de wikipedia)

Ota Benga tenía 23 años y medía 1,35 metros cuando fue vendido. Tras su liberación se suicidó en 1916 con 35 años. Se piensa que soñaba con regresar a su tierra, pero la primera guerra mundial impidió la navegación transatlántica y su sueño.

Descanso 2TASMANIA

Esta mentalidad de superioridad racial europea, inculcada por los científicos evolucionistas con su “raciología” (neologismo francés), se imponía en todos los continentes a colonizar en las primeras décadas del siglo XIX. En Palawa (Tasmania), los primeros asentamientos de colonos (1803), bastantes de ellos exconvictos, comenzaron a cazar tasmanos, llamados negros, que solían servir para alimentar a los perros. La crianza de ovejas, a partir de 1820, y su exportación era el motivo que inducía a eliminar los campos de pasto de aborígenes, tal como ocurriera, al mismo tiempo, en las pampas argentino-chilenas tras la independencia colonial española. En 1834 los colonos británicos confinaron a los tasmanos a una isla en condiciones inhóspitas. En 1835 quedaban 150 tasmanos muriendo el último en 1867. Su disección se la disputaron “dos equipos médicos rivales que, en un pacto de caballeros, se repartieron distintas partes del cuerpo en la autopsia”; uno de los doctores se fabricó una bolsa para el tabaco con un trozo de la piel. (24)

Aborígenes palawa de Tasmania (1866)Aborígenes palawa de la isla de Tasmania fotografiados en 1866 (web:http://nla.gov.au/nla.pic-an24616575)

La última mujer palawa, llamada Trugernanner, también conocida como Truganini, murió en 1876; su cuerpo fue exhumado y su esqueleto donado al Royal Society Museum de Hobart, donde se exhibiría hasta 1947. (25) Hoy día, el nombre de Palawa designa tristemente a un planeta de fantasía de las películas Star Wars.

Truganini (abc.net.au)Trugernanner o Truganini, la última aborigen palawa de Tasmania (1812 -1876) (imagen de sitio web)

CHILE

Esta mentalidad de superioridad europea y blanca producirá hecatombes humanas allí donde se instale una colonia de europeos, estén independizados o no de su metrópoli. En Chile será las matanzas de la etnia americana selk’nam desde la segunda mitad del siglo XIX, cuyos cráneos se enviaban al Museo antropológico de Londres, el cual pagaba 8 libras por cabeza, según el teólogo y etnólogo alemán Martin Gusinde (26), a los cazadores europeos de tribus americanas.

Americanos australes selknam (Chile, siglo XIX) - [sudakia.WP.com]-bis Americanos australes selk’nam u onas de Tierra del Fuego (Chile, siglo XIX) > Foto del sitio web sudakia.wp.com

ona_traditionalbodypainting_agostinoarts_(thestorybehindthefaces.com)-bisAmericanos australes selk’nam con decoración ritual para ceremonias de iniciación (¿1890 a 1923?). Imagen sitio web

Niños_Selknam (1898)Niños selk’nam, fotografía de 1898. En 1899 quedaban sólo 783 de unos 4000 pobladores 20 años antes. Foto wikipedia.

No obstante, el incentivo más alto vendrá de los estancieros, latifundistas bien conectados con los políticos corruptos chilenos; en particular, destacaría José Menéndez, quien emigraría a Chile desde Asturias (España) en 1868, pasando primero por Cuba, y logrará “una de las mayores fortunas en América Latina con el comercio de la lana” (27). Era el clásico “indiano” que se conoce en España debido a sus riquezas. En el post anterior ya expliqué que la mayoría de emigrantes españoles no consiguió ser un indiano.

En el exterminio de los americanos australes, el tema económico va de la mano del racismo: extinción del guanaco como fuente de alimento, introducción de la ganadería ovina y bovina, y la especulación de las tierras arrebatadas a las tribus americanas. Todo ello centuplicaba una inversión si se expulsaban o eliminaban a sus residentes milenarios.

Daily News_fueguians_fueguinos (selk'nam)Extracto del reportaje de un periódico londinense informando de las posibilidades económicas de Tierra del Fuego

Fuente: Wikipedia > https://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_selknam

Para lograr ese fin, los terratenientes y los cazadores europeos como capataces y peones ingleses, escoceses, irlandeses e italianos, pusieron el precio de una libra por testículos y senos, y media libra por cada oreja de niño. (28)

exterminio_de_selknam_por cazadores (contrainfo.com)1886. Mercenarios matando selk’nam, al servicio del cazador Julio Popper (judío rumano); trabajaba a las órdenes del latifundista español, José Menéndez, quien se mostró inmisericorde con las etnias americanas al igual que sus capataces europeos. Foto del libro “Fueguinos, fotografías siglos XIX y XX”, de Margarita Alvarado, Carolina Odone, Felipe Maturana, Dánae Fiore. Esta imagen fue obsequiada al presidente argentino Miguel Juárez Celman (1886-1890) por Julius Popper.

Los selk’nam, como los mapuches y los araucanos, eran un impedimento para atraer civilizados emigrantes europeos blancos a los que se otorgaban tierras, 500 hectáreas por familia hasta un máximo de 30.000 (36.000 europeos asentados en Chile en 1901), mientras que 190.000 americanos meridionales percibieron poco más de 500.000 hectáreas en conjunto. La emigración de los primeros colonos europeos a Chile empezó en 1845, pero los verdaderos beneficiados fueron cientos de terratenientes. Ídem de ídem pasará en Argentina.

Descanso 3LAS CAMPAÑAS DEL DESIERTO

La frontera del desierto (Argentina siglo XIX)Los conquistadores españoles establecieron la frontera sur del Imperio en una línea fluctuante entre Buenos Aires y Tucumán, que se mantendría hasta la independencia de Argentina en 1824 Más allá se denominaba el “desierto” a la Pampa, por creerse despoblado, sin embargo, habitaban pueblos americanos como los wichís, araucanos, pampas y tehuelches, aunque existían etnias menores como los ranqueles. Fotograma del documental “Historia de un país – Campaña del desierto”, producido por el Ministerio de Educación argentino > sitio web aquí.

Las autoridades gubernativas chileno-argentinas odiaban a muerte a los americanos considerados salvajes y humanos primitivos. En Chile, además, la clase política guardaba rencor a las etnias americanas australes por haber luchado, algunas, a favor de los realistas españoles durante la guerra de independencia (1810-1818), tal como ocurriera en Estados Unidos contra los americanos septentrionales que combatieron junto a los lealistas británicos.

En Argentina, el gobierno de la ya república independiente desde 1824, iniciará en 1826 las “campañas del desierto”: masacres de numerosas tribus americanas australes como los ranqueles, pampas, tehuelches, etc. Estas guerras expedicionarias durarán todo el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX.

Lo que distingue a este exterminio de americanos es la codicia sobre enormes extensiones de tierra. A partir de 1820 los ganaderos bonaerenses ganan influencia política al ser los únicos capaces de generar dinero con la exportación de carne vacuna. La Patagonia y Tierra del Fuego tenían hierba y sal para conservar la carne. La campañas del desierto se inician en 1826 para “destruir y exterminar” (29) a los americanos que habitaban aquellas apetecibles tierras.

Las territorios conquistados pasaron a titularidad pública y, mediante la “ley de Enfiteusis”, se arrendaron a quienes ya eran grandes propietarios, los cuales se dedicaron a especular con la tierra.

Ley de Enfiteusis (1826)En los años 1830 Argentina se debatía en guerras civiles, pero todos estaban de acuerdo en masacrar a los americanos, considerada una raza inferior de seres humanos. Una opinión generalizada, desde mediados del siglo XIX, será la del escritor, político y héroe de la patria argentina, Domingo Faustino Sarmiento de la cual será presidente (1868-1874):

¿Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”.

Domingo Faustino Sarmiento. Diario El Nacional 25 –noviembre – 1876. (30)

Pero no era el único, José Ingenieros (1877-1925), librepensador positivista (corriente filosófica que adscribe el progreso indefinido de la humanidad a los avances de la ciencia y el empirismo) era incluso más radical en este pensamiento:

Los hombres de raza de color no deberán ser política y jurídicamente nuestros iguales; son ineptos para el ejercicio de la capacidad civil y no deberían considerarse personas en el concepto jurídico (…) cuanto se haga en pro de las razas inferiores es anticientífico”. (31)

Este racismo impregnaba la sociedad político-burguesa, así que en 1874 se promulga una ley de inmigración con la intención de atraer colonos europeos, pero como casi todas las tierras eran privadas, había que conquistar nuevos territorios al sur que aún detentaban las tribus americanas. En 1876 el ejército argentino incursiona en nuevas campañas del desierto y, más tarde, en 1878 y 1879, con resultado de miles de muertos y 14.000 americanos prisioneros como botín de guerra, los cuales fueron repartidos como trabajadores esclavo, entre la clase dirigente, a su llegada a Buenos Aires.

Las ricachonas de la alta sociedad, cobijadas en la Sociedad de Beneficencia, se encargaban de separar a las familias americanas y donaban los hijos para servidumbre, tal como se expresa en anuncios publicados en periódicos, todo ello con la aquiescencia de la iglesia católica. Era habitual la publicación de este pillaje los miércoles y los viernes: “Hoy reparto de indios. A toda familia que requiera se le entregará un varón como peón, una china como sirvienta o un chinito como mandadero’ “. (32)

reparto-indios (elortiba.org_guedes)

Un artículo del periódico argentino El Nacional, publicado el 31 de diciembre de 1878, describe esos instantes de la separación obligatoria.

“La desesperación, el llanto no cesa. Se les quita a las madres sus hijos para en su presencia regalarlos, a pesar de los gritos, los alaridos y las súplicas que hincadas y con los brazos al cielo dirigen las mujeres indias. En aquel marco humano unos se tapan la cara, otros miran resignadamente al suelo, la madre aprieta contra su seno al hijo de sus entrañas, el padre se cruza por delante para defender a su familia”. (33)

Anuncio de entrega de indios_El_Nacional_(3112.1878)Las tierras conquistadas en esta última campaña del desierto (1879) fueron un botín para cerca de un par de miles de potentados, del cual se beneficiaron también bastantes oficiales del ejército.

Entre 1876 y 1903, el estado argentino regaló o vendió casi 42.000.000 de hectáreas a 1.800 terratenientes vinculados por lazos económicos y familiares a los diferentes gobiernos de este período. 67 propietarios se adueñaron de 6.000.000 de hectáreas, entre ellos destacaron 24 familias patricias que recibieron parcelas de entre 200.000 a 2.500.000 de hectáreas”. (34)

Los terrenos destinados a los colonos europeos se los apropió una élite asociada al poder político. De hecho, en 1920, 50 familias eran dueñas de 4.000.000 de hectáreas en una sola provincia. Los historiadores suponen que los posibles descendientes, de los pocos americanos que sobrevivieron, viven hoy día en las villas miseria de las ciudades argentinas, mientras La Patagonia actual [2007] sigue despoblada con medio habitante por kilómetro cuadrado. La muerte de los ancestros por especulación y racismo cuando no la miserable exhibición pública en Europa o Estados Unidos.

Página cómic-historieta de exhibición de americanos en París en 1889Página de historieta de autor desconocido > Ilustración procedente del blog sudakia.wordpress.com

Descanso 4Esta aversión y desprecio a los americanos sigue latente hoy día como atestigua el historiador José Luís Alonso Marchante en una entrevista por su libro “Menéndez, rey de la Patagonia”, donde examina el cruel exterminio de estos americanos de las pampas argentino-chilenas, tal como ya investigara en profundidad el también historiador Osvaldo Bayer que lleva desde 1960 reivindicando la realidad de los sucesos ocurridos y no la historiografía oficial de los “héroes de la patria”.

José Menéndez [el mayor terrateniente de la época] tenía en su estancia de Tierra del Fuego, Primera Argentina, un capataz escocés llamado Alexander Mac Lennan, apodado “Chancho [Cerdo] Colorado”, de infausta memoria en la población de Punta Arenas [Chile], porque todo el mundo sabe que fue un cazador de indios [Menéndez pagaba 1 libra por cabeza], y él mismo lo reconocía. Pude conversar con un bisnieto de Mac Lennan en la Tierra del Fuego argentina. Y me sorprendió mucho al decirme que gracias a lo que había hecho Menéndez y los demás estancieros [dueños de una estancia de tierra de enorme tamaño] hoy en día no existen en Tierra del Fuego los problemas de reclamos de pueblos indígenas que sí existen en otros lugares de Argentina y de Chile. (35)

También sería injusto limitar esta prejuicio a unos familiares descendientes, al fin y al cabo, de blancos como tantos otros. Los blancos tienen claro la ventaja que representa el color de su piel: una encuesta entre estudiantes blancos preguntó qué indemnización esperarían cobrar si, de repente, se tornasen negros; la respuesta fue, de media, alrededor de un millón de euros al año”. (36)

NAMIBIA de NAMA

Mapa África sudoccidental alemana (1904-1908)Mapa del África sudoccidental alemana (1904), comparar con el mapa de los asentamientos joijoi y san (arriba)

Este exterminio de “razas primitivas” americanas, africanas, australianas y oceánicas continuarían en las primeras décadas del siguiente siglo. En los inicios del siglo XX se produjo el genocidio de los pueblos herero y nama en la colonias alemanas de África austral (actual Namibia) por guerrear contra los colonos alemanes que les arrebataban sus tierras.

Dos días después de que los herero comenzasen a combatir la administración colonial, el Comité ejecutivo de la liga colonial alemana publicó un panfleto pidiendo una respuesta rápida y dura apoyando la aniquilación, tal como comenta por carta un misionero alemán a sus colegas: ‘Los alemanes están consumidos por el odio inexpiable y una terrible sed de venganza, incluso se podría decir sedientos de sangre herero. Todo lo que se oye estos días es “hacer limpieza; colgarlos, dispararles, hasta el último hombre; sin cuartel”. Me estremezco al pensar lo que pueda suceder en los próximos meses. Los alemanes, sin duda, van a exigir una triste venganza”. (37)

Herero hungedImagen de hereros ejecutados por las tropas coloniales alemanas > Imagen del blog kwekudee

Surviving_Herero (wiki)Supervivientes herero después de atravesar el desierto Omaheke escapando del ejército alemán colonial > ezakwantu

Los restos corporales de los muertos, en particular cráneos y cabezas, se enviaban para su posterior estudio racial como una rama de la antropología. De hecho, era un negocio redondo para los soldados alemanes que los vendían a los científicos, museos y universidades alemanas. (38)

Eugen Fischer Nama Heads 20 (ezakwantu.com)Cabeza de un niño nama de la colección fotográfica de Eugen Fischer > imagen del blog ezakwantu.com

Namibia07Postal típica de la época: encajonan las calaveras de los herero y nama para enviarlas a museos. Swakopmund 1905-1906

Imagen perteneciente al sitio web kopfwelten.org

Esta visión racial del mundo entre primitivismo y progreso se inculcó en otras naciones con una perspectiva imperialista de expansión colonial. El escritor chino, Lu Sin, uno de los creadores de la literatura china moderna, relata una anécdota de su estancia en Japón como estudiante de medicina:

Si la clase terminaba antes de la hora señalada, el profesor empleaba el tiempo restante pasando películas de paisaje o actualidades. Eran los días de la guerra ruso-japonesa [1904-1905] y había numerosas películas sobre ella; cada vez que se exhibía una, yo debía aplaudir y gritar de entusiasmo, a la par que mis camaradas. Un día – hacía mucho tiempo que yo no veía a un compatriota- aparecieron chinos en la pantalla. Muchos. Uno de ellos estaba amarrado y se le mantenía al centro, rodeado de los demás. Todos eran de cuerpos vigorosos, pero con un aire apático. De acuerdo con los subtítulos de la película, el que estaba amarrado era un espía al servicio de los rusos; los japoneses iban a decapitarlo para que sirviese de ejemplo a los demás chinos y los que lo rodeaban estaban allí para gozar del grandioso espectáculo de la ejecución pública” (39). Lu Sin abandonó sus estudios y se dedicó a la literatura para tratar de cambiar la mentalidad de su pueblo frente a los colonizadores que les oprimían.

Esa es la cuestión tras casi dos siglos de racismo, la mentalidad racial de cualquier sociedad europea respecto al mundo, inculcada por el estamento científico, impulsada por el mercado económico de los grandes capitales y la especulación, y asimilada como la superioridad de la civilizada raza blanca no sólo mental sino físicamente. Incluso si se era una persona de ideas humanistas, no podía dejar de observar detalles fisiognómicos de otros pueblos que le repelían. En 1901, escribía Marcel Schwob, en su estancia en la ciudad de Colombo, Ceilán – actual Sri Lanka -, tras una cena con oficiales marinos franceses: “Gran carrera en la noche, en jen-rikcha, hacia una casa donde hay cingalesas – un tugurio donde, por una escalera trémula, llegamos a un camaranchón. Allí se apiñan cinco mujeres negras horribles, de cráneo hundido, bajo la mirada feroz de un patrón cingalés – ojo amarillo y negro”. (40)

Emulando a su escritor favorito, Robert Louis Stevenson, el literato Marcel Schwob zarpó desde Marsella en viaje hacia Samoa en 1901. Cuando el barco hace escala en Yibuti (Djibouti), en el cuerno de África, relata como los policías indígenas muelen a palos a los pedigüeños que se acercan a los turistas extranjeros blancos. Invita a un niño somalí a beber con él en la cafetería, pero lo echan a latigazos: “el gobernador de la República prohíbe que los negros se sienten en las sillas de los cafés, cerca de los blancos”.

De regreso al paquebote, Schwob y otro contertulio, un jefe militar del estado mayor, observan como un grupo de pasajeros de segunda clase rodean “a un negro que ofrece tirarse desde lo alto de la batayola, unos doce metros. Le prometen cien francos. Zambullida sorda. El negro, chorreando, vuelve a subir el portalón. [Se oye una jarana y ambos se encaminan al tumulto] Nos estábamos acercando cuando salió el desdichado negro a quien los salvajes blancos habían embadurnado de jabón, so pretexto de blanquearlo. Lo echan a puntapiés mientras chillan. Una mujer protesta tímidamente y una voz unánime le grita: “¿Qué más da? ¡Es un salvaje!”.

Wakanda

(1) Fernández Martínez, Victor M., Prehistoria: el largo camino de la humanidad, Madrid, Alianza, 2007, p. 16

(2) Ibídem, p. 17

(3) Ibídem, p. 112

(4) Wells, Spencer, El viaje del hombre: una odisea genética, México, Océano, 2007, p. 169

(5) Fernández Martínez, Victor M., Prehistoria: el largo camino de la humanidad, Madrid, Alianza, 2007, p. 118

(6) Fullola i Pericot, Josep M. y Nadal Lorenzo, Jordi, Introducción a la prehistoria: la evolución de la cultura humana, Barcelona, UOC, 2005, p. 123

(7) Fernández Martínez, Victor M., Prehistoria: el largo camino de la humanidad, Madrid, Alianza, 2007, p. 160

(8) Lalueza Fox, Carles, Races, racisme i diversitat: la ciència, una arma contra el racisme, València, Bromera, 2002, p. 7-9

Existe edición en español: Razas, racismo y diversidad: la ciencia, un arma contra el racismo, Algar, 2002. (Iberlibro.com,  Amazon, etc.)

(9) Ibídem, p. 10

(10) Wells, Spencer, Nuestros antepasados: Genographic Project: la búsqueda del ADN primigenio para descifrar nuestro origen más remoto, Barcelona, RBA, 2007, p. 241

(11) Lu Sin o Lu Xun, Antiguos relatos vueltos a contar, Pekín, Ediciones en lenguas extranjeras, 1972, p. 40 (Nota)

(12) Lalueza Fox, Carles, Races, racisme i diversitat: la ciència, una arma contra el racisme, València, Bromera, 2002, p. 20

(13) Ibídem, p. 26

(14) Puig-Samper, Miguel Á., Darwinismo y antropología en el siglo XIX-Historia de la ciencia y de la técnica, n.º 49,

Madrid, Akal, 1994, p. 7

(15) Lalueza Fox, Carles, Races, racisme i diversitat: la ciència, una arma contra el racisme, València, Bromera, 2002, p. 30

(16) Andrade, Gabriel, Las razas humanas ¡vaya timo!, Navarra, Laetoli, 2014, p. 47

(17) Lalueza Fox, Carles, Races, racisme i diversitat: la ciència, una arma contra el racisme, València, Bromera, 2002, p. 31

(18) Ibídem, p. 35

(19) Ibídem, p. 54

(20) Tanto Carles Lalueza Fox como Gabriel Andrade citan esta frase; Fox como “mones”, p. ? y Andrade como “simios”, p. 215

(21) Andrade, Gabriel, Las razas humanas ¡vaya timo!, Navarra, Laetoli, 2014, p. 215

(22) http://www.lolapress.org/elec3/artspanish/mein_s.htm

(23) http://05racismo.blogspot.com.es/2009/04/125-ota-benga-el-caso-del-pigmeo.html

(24) Lalueza Fox, Carles, Races, racisme i diversitat: la ciència, una arma contra el racisme, València, Bromera, 2002, p. 55

(25) https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_negra)

(26) https://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_selknam

(27) http://www.elmostrador.cl/cultura/2014/08/13/el-genocidio-de-indigenas-en-el-sur-de-chile-que-la-historia-oficial-intento-ocultar/

(28) https://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_selknam

(29) http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=50003, documental del Ministerio de Educación argentino, Historia de un país – Campaña del desierto, minuto 7’53”.

(30) http://05racismo.blogspot.com.es/2009/04/144-el-racismo-en-latinoamerica.html

(31) Ibídem

(32) http://www.elortiba.org/guedes.html > sección Entrevista al historiador Osvaldo Bayer.

(33) http://www.elortiba.org/guedes.html > sección “Poco bara, chiñor” (un poco de pan, señor)

(34) http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=50003, documental del Ministerio de Educación argentino, Historia de un país – Campaña del desierto, minuto 28’05”

(35) http://www.contrainfo.com/10970/los-menendez-y-los-braun-terror-de-la-patagonia/ Entrevista

(36) Lalueza Fox, Carles, El color sota la pell, Barcelona, Rubes, 2003, p. 23

(37) http://kwekudee-tripdownmemorylane.blogspot.com.es/2012/10/herero-people-fearless-and-war-like.html

(38) https://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_herero_y_namaqua, también http://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/2012/05/el-primer-genocidio-del-siglo-xx.html

(39) Lu Sin, Novelas escogidas, Pekín, Ediciones en lenguas extranjeras, 1972, prefacio.

(40) Schwob, Marcel, Viaje a Samoa, Madrid, Valdemar, 1996, p. 57

2 thoughts on “AMÉRICA O THE AMERICAS? (III) – EL SIGLO BLANCO

  1. Hola, muy bueno el artículo. El autor de la ilustración donde están los Shelk Nam enjaulados en París es Jorge González, de la novela gráfica Dear Patagonia Editorial Sins Entido, Madrid, 2011.
    Le mando de manera privada un enlace.
    Abrazo

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    • Gracias, man, por la info. No supe verla en tu blog > sudakia.wordpress.com
      Realmente se agradece, pensaba k sería una historieta incompleta de su autor. Ya mismo me pongo a buscarla.
      Buéh, yattá, la acabo de encontrar por internet en varias de las bibliotecas municipales de mi ciudad. Mañana la pillo. Dos veces gracias ,)
      Cuanto se agradecen esos detalles informativos k se ponen en un blog con referencia a una foto, una ilustración, un dibujo, un gráfico o cualquier imagen k desconozcamos. Gracias.

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