1908, CHIMBACALLE: LA HISTÓRICA ESTACIÓN DE TRENES

El barrio de Chimbacalle (del idioma quichua (kichwa) Chimba, que significa “al frente” y del español calle, por tanto “la calle de enfrente”) fue una parroquia [municipio] rural indígena que era el acceso sur a la ciudad de Quito, entrada favorita de los “indios” de entonces que no tenían caballos para vadear el río Machángara. Tras la inauguración de la línea ferroviaria Quito – Guayaquil, en junio de 1908, empezaría a urbanizarse.

BRIDGE ENTERING SOUTH QUITO (¿1900?)

Allí estaba yo, en su estación de trenes, sin saber nada de nada de la historia que me rodeaba, transcendental para el futuro de Quito. Dicen que hay un museo gratuito del tren pero, en enero de 2013, no vi cartel informativo alguno; la cafetería, con fotografías colgadas de la pared, no bastaba para rememorar el ambiente de una época histórica como fue la inauguración del tren que unía Quito con Guayaquil, es decir, la sierra con la costa por primera vez en la historia de Ecuador en un viaje de tres días y no un mes entero. Eché en falta el museo y sentí que me habían escatimado una antigua curiosidad.

LOCOMOTORA 8 ENTRANDO EN LA ESTACIÓN CHIMBACALLE EN 1908

Al poco tiempo del arribo del tren al barrio de Chimbacalle se sumaron los negocios de comidas y fue zona hotelera; no obstante, será la implantación de las primeras fábricas, en las cercanías de la estación de trenes, las que propiciarán el desarrollo urbano del barrio y la primera línea de tranvía de Quito, en 1914, que salía de la estación ferroviaria de Chimbacalle, transformándolo en el sector [distrito o conjunto de barrios] que es hoy.

Chimbacalle fue, por otro lado, el origen de la urbanización demográfica actual de la ciudad, pues desde entonces el norte de Quito lo poblarán las familias pudientes con edificaciones más modernas en las próximas décadas, mientras el sur lo ocuparía la “clase popular, obrera e indígena”. ¿Se comprende la importancia de tener un museo que explique estos detalles con maquetas, grandes mapas urbanos y demográficos, fotografías, películas de época, etc. y dos o tres breves vídeos animados recreando el ambiente de Quito en aquellos días? Si el turista tiene que investigar por su cuenta vamos mal; por lo general carece de tiempo y es un vago. Oportunidad perdida de conocer historia quiteña y ferroviaria del Ecuador.

 

Dicen que hay un museo del tren en dicha estación. En youtube se puede ver un vídeo de unos cinco minutos que revela la exposición permanente dedicada al tren. Es un museo pequeño que muestra al visitante el instrumental y los equipos de aquellos tiempos; una decoración algo cutre y nula animación y entretenimiento para los chavales y, diantre, para los adultos niños. En definitiva, es el museo correcto y clásico de toda la vida. Sospecho que los recursos monetarios para comisariar una buena muestra también tendrá algo que ver.

Los quiteños tampoco son aficionados a visitar el museo dedicado al tren en Chimbacalle. El vídeo de youtube ha recibido poco menos de 250 visitas [221214]. Se podría atribuir al desconocimiento si no fuera porque quien ha colgado el vídeo es, ni más ni menos, que el principal periódico de la ciudad, El Comercio, con una tirada de 129.768 ejemplares el domingo 21 de diciembre de 2014. ¿Ausencia de promoción? No sólo.

Lástima, de haber sabido la importancia histórica de dicha estación de trenes me habría dado una vuelta alrededor de ella para conocer un poco el barrio.

Este viajero desvió su atención a otros detalles históricos que sí permanecían in situ en la estación de Chimbacalle como la locomotora a vapor 17, de 1920.

Repasé la altura de las poblaciones por las que pasaba el tren en su recorrido y recordé que la única forma de verlas todas era en el tren crucero Quito – Guayaquil (4 días y 3 noches) cuyo precio era, en 2013, unos 950$ si no recuerdo mal. Para el año 2015 costará ese viaje 1270$, un pequeño lujo, aunque se han añadido otras rutas más cortas y de menor precio.

El mediodía había pasado hacía rato mientras se delimitaba nítidamente la frontera entre la luz y la sombra. Algunas nubes impedían la embestida de los rayos solares actuando de gorra.

Abandoné el andén; desde una terraza exterior desaprovechada de la propia estación Chimbacalle vi un edificio con un bonito emblema decorativo, de estilo modernista, de principios del siglo XX: Molinos de cilindros ROYAL. Tenía la arquitectura de una de aquellas fábricas nacidas gracias a la estación de trenes de Chimbacalle que llegó a tener 14 vías. Se dedicaba a la trituración de semillas que transportaban los trenes desde otras provincias. Es una construcción que data de 1921, actualmente sigue dedicada a la molienda de trigo u otro grano para producir harina.

En una esquina, a 20 metros de la histórica estación de Chimbacalle, vi una parada verde del trolebús (línea verde). La guía gratuita de Quito informaba que estaba a 5 paradas del centro histórico. Hacía un magnífico día para ir caminando hasta la plaza Santo Domingo recorriendo parte del antiguo barrio de Chimbacalle, pero una antigua fotografía del centro histórico de Quito me recordó que aprovechase mi escaso tiempo.

Enlaces de documentación de fotos antiguas:

http://monicacarrielgomez.blogspot.com.es/2014_06_01_archive.html

http://www.hellenicaworld.com/History/CharlesMorris/en/HistoricalTales3.html#toc52